Lo in-apropiable por «La Felicidad»

Lo in-apropiable por «La Felicidad».

Comentario del Seminario El Otro del desengaño, de Enrique Acuña.

Clase 14-2-11-2019

Por Verónica Ortiz

I

Lo común y la soledad

Jamás he creído en el diálogo: nadie es capaz de contestarnos.

Cada uno tiene su vocabulario, que cambia según la temperatura y la digestión.

Oliverio Girondo

Enrique Acuña comienza con la puesta la día del desvío que implica pensar el psicoanálisis por el lado del síntoma social, reducirlo a una mera descripción de lo que pasa en cada lugar. ¿Qué diferencia hay entre hablar de lo común de la sociedad y hablar de la soledad de alguien en análisis? Hay angustia en lo social, pero no es la misma que la angustia analítica. El discurso analítico localiza en la angustia una causa del deseo, que lo paralizaba. Señal de lo real,  la angustia ligada al objeto (a)  que, al ser localizado se suelta, des angustiando en función de enfrentar una temporalidad lógica : «el estar ante; ahora a lo que estaba de antes» , para encontrarse con una «otra cosa»;  la causa de un deseo nuevo. Al atravesarla, se le da una envoltura significante; alguien puede decir: “Era eso” . Y este objeto, en lugar de ser puesto “en el bolsillo”, queda incorporado subjetivamente como un deseo (x).

La angustia social en una relación con otros: las pasiones, el odio, el amor, la ignorancia del inconsciente, pero también los celos, la envidia o el aburrimiento… Entonces, la angustia social: causa de pasiones; la angustia analítica: causa de deseo. Queda la pregunta acerca de qué deseo para cada quien, si hay el deseo de otra cosa que no esté en el programa del Principio de placer-displacer ; del inconsciente.

Cuando Lacan alegoriza que el psicótico “tiene el objeto (a) en el bolsillo” de alguna manera se compara de otra manera; a quien está inmerso en el discurso capitalista. El capitalista cree que el objeto (a) como objeto técnico tiene el valor de cambio que el mercado otorga, prêt-à-porter, listo para ser utilizado como mercancía.

Pero puede ocurrir el pasaje desde la angustia social hacia cierta captación del objeto a al campo del psicoanálisis, después de las «vueltas dichas» que localizan algo en el «decir olvidado».[Lacan, “El atolondradicho”]. Esas vueltas dichas van escandiendo momentos distintos del tiempo para comprender, circunscribiendo distintas formas de los objetos (mirada, voz, etc.). Pero estos objetos  paradojales no son una mercancía que se preste a un intercambio social, son un capital simbólico de la subjetividad -solitaria- de la experiencia del inconsciente.

Resulta así que hay una soledad de cada uno con su objeto, en una relación interna-externa, de extimidad que arranca a alguien de la angustia social- .

Lo que era extraño afuera se vuelve intimo adentro, el neologismo de lo que existe adentro y afuera al mismo tiempo (extimidad);  espacio común que se explica porque el sujeto deambula por son dos superficies de una misma banda; que se tuerce moebianamente. Es la hormiga del dibujo de Escher en la tapa del Seminario X.  

 Así el objeto del otro es tambien el del Yo, y el odio al tener del otro (racismo social); toca lo más propio del placer-displacer de cada uno en su fantasma.

Pero un analizante puede hablar de la comunidad que hace con su propio significante, y sus signos de satisfacción; o con un puñado de ellos, por ejemplo: hijo, madre, una mujer, la muerte. No como universales sino como significación particular en la vida de alguien lo que resuelva de ese axioma subjetivo retorna luego en lo social. ¿Cómo pasa eso indecible desde el diván a la calle o a la comunidad analítica, o al estilo de vida? Nuevamente al campo de lo social, de hacerlo, descompletaría ese otro social.

II

Retomando el texto «Entre lo dicho y el decir -psicoanálisis y escritura poética» de Joseph Attié, Enrique Acuña subraya que el autor no se refiere a los binarios dicho-decir, ni enunciado-enunciación sino a lo dicho por el significante y lo escrito como lo indecible. Porque el decir analítico queda escrito como una «huella». Es lo que cae, sedimenta, se escribe, aunque no como poema impreso en papel en el sentido clásico. El sujeto es no-todo escrito en su cuerpo como un  decir (un poema más que un poeta).

 Se trata de la letra soporte material, que como el agalma que une los puentes tiene función de soldadura entre el sentido y sonido (resón: razón y resonacia de Francis Ponge).

 Recuerda que Germán García sostenía que todo la problemática del arte como sublimación freudiana comienza con la Crítica del juicio kantiana, en el «gusto» de la juntura síntoma y fantasma en el sinthome. Hay un punto en donde eso no hace lazo social sino mejor una sonoridad solitaria. El gusto no es el deseo, tampoco el placer, es una máquina de elección forzada que instala la repetición en la búsqueda de objeto.

El poema es una obra con forma estética, que implica que captó una palabra indecible, pero que inmediatamente, si es un buen poema, deja un objeto indecible (ver Mallarmé en el libro de Attié).

Oscar Masotta en la mesa redonda de 1974 titulada Futuro-anterior (revista Anamorfosis Nº4) presenta la imposible conjunción del «Y» de la poesía y el psicoanálisis; aunque ambas comparten «el desmontaje general de la empresa de significación».

Masotta y la política del psicoanálisis: Fundar una estructura flexible a la enseñanza y expansión del trabajo del inconsciente. A cada uno su deseo. (Foto: Muestra O.Masota: La teoría como acción. curadora Ana Longoni, Bs.As. 2018.) .

III

La mujer (o el “analizado”), esa ironía de la comunidad

Solamente las mujeres son capaces de limar nuestras aristas a fuerza de dulzura,

de habilidad y de paciencia…

y dejarnos la ilusión de que no nos arrastran como a un canto rodado…

Oliverio Girondo

Hegel suponía que la mujer era la ironía de la comunidad. Al parecer se refiere al momento histórico donde podría haber sido «intercambiable», objeto de lazo entra las comunidades por alianzas y pactos…hasta la guerra. Pero cuando el intercambio es de cuerpos, no de mercancía, la comunidad queda descompletada. Ella es utilizada por el amo de turno pero puede suceder que termine haciéndole decir lo que quiere al pretendido amo. Es en ese sentido que es una “ironía”: se presta al intercambio pero también a la “traducción”, aquella que le hace decir lo que quiere al otro, al modo de la Malinche, princesa azteca, ejemplo de traición con Hernán Cortés.

Esto se asemeja a hacer pasar el resultado de un análisis a lo social.

¿Qué embajadora irónica sería alguien en el congreso de una nación, por ejemplo, si se tratara de un sujeto que terminó su análisis?

IV

Semblantes al despertar de la primavera

Metamorfosear un tratado de física en carambolas,

en cigarrillos, no es una experiencia tan deleznable;

ni es tan infecundo como parece, mirar los buques fondeados en el puerto,

mientras- en el colegio- los pizarrones se llenan de fórmulas algebraicas.

Oliverio Girondo

La clave para leer el comentario de Lacan de Wedekind no es el adolescente frente a lo pulsional, sino las máscaras como semblantes a inventar frente a la irrupción de lo real de la metamorfosis corporal. Se trata de la fabricación de los Nombres-del-padre. ¿Qué máscara se pone el sujeto como un Nombre-del-padre para hacer artificio simbólico-imaginario frente al otro social del amor o el odio, figuras que encubren su propia pulsión de muerte?

No se trata del solipsismo propio de su análisis, sino de cómo eso pasa a lo social. Se observa en el ritual de iniciación sexual en la culturas tradicionales, por ejemplo, en el que lo sagrado otorga una marca real en el organismo: circuncisión, tatuajes, cicatrices, etc. donde siempre se trata de una trasformación simbólica para domesticar la emergencia pulsional. Eso se acompaña de normas del lenguaje: prescribir alguna cosa y prohibir otra.

Lacan plantea acerca del ritual de iniciación, no es suficiente porque lo real sexual no se escribe.  No hay iniciación sexual sino mascaradas del semblante que como un arco iris ilusiona la existencia, es verdadero; funciona como «ensamble» lo que hace conjunto reuniendo lo desarmado del montaje pulsional.   

V

Plusvalia  síntoma del plus-de-goce: El reverso.

La economía deja de ser repugnante en el manejo del vocabulario.

Oliverio Girondo

Lacan no habla acá del discurso capitalista sino del capitalismo. Más adelante (1972) en su Conferencia de Milán le da categoría de discurso.  Ahí donde «el sujeto se consume hasta su consumación». Hay un movimiento circular entre el objeto a que se consume y un sujeto dividido. El sujeto consume objetos técnicos, que no son objetos a del lenguaje.

  Discurso del Capitalista

                                       $                     S²

                                  ____                _____

                                        S¹                    a

La impotencia que genera el hecho que no se atraviesa la angustia y lo imposible sino que se cortocircuita por la via rápida para saciar la sed de la pulsión aunque «el vaso vacio sea colmado». Cuando consume esos objetos, en lugar de ir hacia la verdad y encontrarse con la imposibilidad, este sujeto consumidor de targets consume hasta la consumación, de lo subjetivo.

Es «el fetichismo de la mercancía» (Marx leído por Lacan) que produce como la plusvalía en el mercado,  un plus-de-goce (a) con distintos destinos: ej.: destino ser consumido como target o como dinero, el capitalista. El destino de falta en ser (angustia), y en un análisis localizar la causa del deseo de otra cosa

De quedarse en la dialéctica del amo y del esclavo, lo único que hay es el infierno de la rivalidad de dos. Lo que importa es que hay un producto: la relación paradójica entre el saber y el goce. Si bien el goce está reprimido es el “hermano mayor” de la verdad. De eso se desprende que el saber es un medio para el goce, para llegar al goce. Para un psicoanalista la verdad no importa tanto como lo verdadero- que sostiene la diferencia entre saber y goce.

E.A. lee y comenta algunos párrafos del Seminario 17 (Capítulo II “El amo y la histérica”). El punto de bisagra entre el amo antiguo y el moderno es el surgimiento del capitalismo, con la revolución industrial y sus máquinas. El capitalista es el amo moderno, el que hace jugar la plusvalía en el lugar donde está el goce, la diferencia de dinero con la que mantiene que hay algo in-apropiable por el capital, es desde ese síntoma donde surge la economía libidinal del dinero.

Lo no medible, lo invalorable llamado la «fuerza del trabajo» no es medible en la mercancía. Ejemplo: alguien que está produciendo un objeto sufre una experiencia de pérdida, un duelo. Entonces el tiempo será otro, el tiempo subjetivo para elaborar la pérdida.

VI

La promesa imposible de La Felicidad

 “El campo lacaniano”: En toda política pública lo que se pone en juego es la felicidad. Por ejemplo, el estado de bienestar prometía una felicidad. Lo político es un juego publico con «el poder de los imposibles» donde se promete vencer ese limite lógico por una sociedad. Lo feliz no es la pulsión que siempre se satisface con algo, sino un Bien como valor de cambio. Si un psicoanálisis es una promesa de felicidad lo es en tanto que promesa de significación: lo que no tiene sentido tendrá una causa que se liga al sufrimiento.

El objeto de la felicidad tiene que ver más con el fantasma -algoritmo fijo- que con un arte popular.

Pero si en ese común de la sociedad, los «aparatos ideológicos del Estado» en el siglo pasado descriptos por Althusser como aseguradores del conjunto -Familia, instituciones, etc. o los objetos técnicos en era digital (ideología del consumidor técnico); hacen jugar promesas de felicidad que toquen el fantasma -lo que se espera como fijeza del significado)de ciertos sujetos, ¿eso hace mayoría o no? Es probable que en la ideología, en el conjunto cerrado de la sociedad, esos objetos o promesas toquen en el fantasma del sujeto, en su soledad, un punto donde, en sociedad, él tenga pasiones. El fantasma toca la ideología y al revés (ver Jorge Aleman: Capitalismo. Crimen perfecto o Emancipación)

¿Cuál es la diferencia entre el consumo de objetos y este consumo al que se refiere Lacan? El S1 regula la economía del goce y a partir de ahí «la felicidad se convirtió en un factor de la política».

 Pero «no hay otra felicidad que la del falo», la de la falta del objeto y sus sustitutos en el lenguaje dependiendo del fantasma, maquina fabricante de goce.

Lo único que rellenaría la promesa de felicidad es saber que no hay. No en el sentido del escepticismo, sino con el advenimiento de una significación nueva [“Hacia un significante nuevo”, Lacan], que es el saber de lo que insiste y se repite de la imposible satisfacción.

 ¿Se puede saber algo de esa satisfacción privada de satisfacción del fantasma? ¿Qué se puede sublimar de eso que no hay? Si el placer es un hermano menor del displacer, y no hay saber sobre el goce si hay un hacer con el imposible de la (sss) satisfacción, el sentido, y el sufrimiento.-

Bibliografía

-Lacan, Jaques.: El seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis, “El amo y la histérica” (II) pág. 32, Paidós, Bs. As., “El campo lacaniano” (V) pág. 77, 1992.

– Lacan, J.: “Hacia un significante nuevo” en Revista Lacaniana, N°27, noviembre de 2019, EOL, Bs. As.

Lacan, J.:  Conferencia de Milán (mayo 1972) Inédita (hay una traducción en :https://www.elsigma.com/historia-viva/traduccion-de-la-conferencia-de-lacan-en-milan-del-12-de-mayo-de-1972/9506

-Alemán Jorge: Capitalismo. Crimen perfecto o Emancipación. NED ediciones, 2019-

-Attié, Joseph.: Entre lo dicho y lo escrito- Psicoanálisis y escritura poética, Edición de Asociación Manuel Ugarte, traducción de Alicia. Dellepiane, Bs. As. 2018.

-Kant, Immanuel: Crítica del juicio, Losada, Bs. As., 1961.

-García, Germán: «La experiencia del pase». En D`escolar. Ed. Atuel 2.000.-

-Reseña de Sebastián Ferrante en https://seminarioenriqueacuna.wordpress.com/2019/11/01/politica-del-inconsciente-saber-hacer-con-el-sss/?fbclid=IwAR1Q-4lqomNKrBTN1-66PjVjISG7_BVXS-9SBPMZMjk8RcwKcfPvh1VueSU

-Acuña, Enrique: «El capitalismo se realiza en el consumo de sujeto». Revista Conceptual Nº 18 -Ediciones El Ruiseñor del Plata, 2017. Disponible en Revista Analytica del Sur. http://analyticadelsur.com.ar/el-capitalismo-se-realiza-en-el-consumo-del-sujeto/

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